Metáfora del cedazo
Describo la autoestima como un cedazo. El niño construye desde que nace hasta los doce años una criba. Con la urdimbre que utilice creará un entramado más o menos cerrado o claro.
Un buen cedazo le va a permitir tamizar lo que le suceda (las situaciones negativas o de conflicto, las críticas…), separar y dejar que se marche todo lo grueso, lo que no sirve y a quedarse con lo positivo, lo que le ayude a construirse. Con este instrumento mejor o peor construido llegará a la adolescencia donde se pondrá a prueba… Pero un sólido cedazo aguantará.
Y nosotros padres, queramos o no queramos, somos el material y la herramienta con las que nuestros hijos construyen su cedazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario